Tengo miles de cajas que quedaron con este trastorno del pasado, pero aquello que pensé no sanar hoy se formó la cascarita, pero hago lo mismo que con las físicas, las rasco porque pican, a veces arranco la costra y empieza a sangrar.
Tengo como reflejo escapar a lo que se acerque a sentir, sé que no tengo que esperarte pero en el fondo del vaso no está la pastilla del olvido, sino el placebo de algo que no sana. Alcohol a la herida solo hace que arda, aunque limpia.
Maldita esas ganas de demostrarte todo lo que haría con una segunda chance. No lo vales, va no la quisiste, para qué darte todo eso. La mente que borra lo malo y potencia lo bueno ¿Dónde paso el antivirus al cerebro?
Estás tan adentro que siento que si te elimino se me va algo de mí. Ese chicle que se pegó al pelo, solo queda cortarlo pero me queda como Lisa y no tengo ganas de hacerme un peinado nuevo.
Ahora ya no creo ninguna promesa, nada de lo que me dicen es real, me recordaste que la gente cree sus mentiras y las vende como verdades, el grupo Clarín te contrataría para seguir aumentando la grieta, porque en mentiras para la chantada hiciste un doctorado. Declaraste la guerra cuando venía con bandera blanca, el caballo de Troya del siglo XXI, viste mi defensa, mi armadura y abrí la puerta para dejar pasar a los soldados. Los griegos leían el futuro y a mi me encantaría saber dónde está tu talón de Aquiles tuyo que tengo dentro para poder vencerte y que ya no estés, no quiero borrarte, solo quiero enterrarte dentro de mí para tener un lindo recuerdo pero poder arrancar de cero. Es que tu persona que está dentro no me deja, sos ese nivel final del juego que no puedo terminar, Mario no le puede ganar al rey de los Koopas para rescatar a la princesa.
Resistir la comezón, sacarme de una vez la armadura destruida, animarme a olvidarte, a destruir el Horrocrux de una vez, aunque una parte de mí se vaya con vos, ponerte en el bote y dejarte ir, así la brújula de Jack Sparrow puede señalar a otro lado que no sea tu dirección y poder seguir.