El otro día iba caminando por la calle y vi a una señora que se reía mirando hacía un punto, entonces di vuelta la cara, mire que la señora estaba teniendo un contacto visual con otra persona.
Después de ver este cuadro me di cuenta que las personas no pueden ser felices eligiendo la soledad. Siempre para sonreír y ser felices se necesita de otra persona, de otro al cual puedan mirar, hablar, interactuar. Si estamos juntos es la única formula para poder ser feliz, estando juntos es la única ecuación para poder sonreír.
Por el contrario si se puede estar triste solo, si se puede sentir mal estando en soledad.
El mismo acto de escribir esto, este acto el cual al principio era un método individual de descarga, con el tiempo quería que alguien más lo lea, que me diga que piensa, que me diga que opina y al enterarme que a alguien le gusto fui feliz.
Uno tiene adentro las necesidades de compartir, es como si se tuviera adentro una bola de fuego que quema, que arde por salir. Uno no puede contener las cosas para uno solo, porque esa energía contenida es mala, es siempre negativa.
Recien cuando alguien logra descargar esta energía de contar algo, de largar algo, para bien o para mal, recién en ese momento, uno se siente aliviado.
Que extraño es esto, que raro es que pase algo que es universal, todos queremos a otra persona a nuestro lado, a otro ser. Nadie quiere la soledad. Un hombre llamado Víctor Hugo alguna vez dijo “El infierno esta todo en esta palabra: soledad”
Que importante es la compañía de las personas, de algún ser con el cual interactuar. Tan importante es que hasta la mente de los niños cuando se sienten solos inventan un personaje, un ser imaginario, un “amigo” imaginario con el cual divertirse e interactuar.
El hombre no está preparado espiritualmente para vivir en soledad, nadie, Ni el más malo de los malos, ni el más loco de los locos, sería capaz de vivir en un mundo en soledad. Nadie podría sonreír, ni ser feliz, o sea NADIE PODRIA VIVIR SIN OTRO.