sábado, 23 de junio de 2012

Cosas imposibles

Por más que uno intente ¿Puede cambiar la corriente de un río solo por así quererlo?
¿Puede hacer que no se moje el piso en medio de un temporal?
¿Puede cambiar hacía donde sopla el viento? 
Por más que uno intente hay realidades que no puede cambiar, fueron determinadas así por algún ser que tuvo ganas de jugar con nosotros, demostrando lo inútil del ser humano. No puede o no podemos hacer nada por nuestra cuenta, cuando pensamos que mas controlamos las cosas, este ser mudo, sordo y ciego nos demuestra que ni nuestros propios sentimientos podemos controlar.
¿De dónde surgirán los sentimientos tan íntimos de nuestro ser, que se tornan mentalmente inmanejables?
¿Qué hacemos con estas creaciones que algún personaje tuvo sobre nuestro ser?
¿Cómo llevamos adelante el momento de afrontar lo que pensamos y sentimos?
¿Si así lo sintiera uno puede cambiar el sentido de la gravedad? No. 
Uno tiene en sus manos el poder de solamente saber que siente. Porque para cambiar lo que uno siente, depende de los demás. 
Alguien alguna vez dijo, uno no controla al corazón, es verdad nadie controla lo que siente. 
Ahora que pasa cuando sabemos porque sentimos lo que sentimos, si sabemos que "Y" situación provoca "X" sensación, esa sensación depende de una situación "Y" que es llevada a cabo por una persona, Si a esa persona no le importa provocar la sensación "X" porque quiere hacer la situación "Y" ¿Qué hacemos?
Esa persona se transforma en la causante de la sensación, sea buena o mala. 
Si es mala es el problema, si es mala uno sufre la reiterada indiferencia al dolor.
¿Qué hacemos en esta situación? es como ese río el cual no podemos cambiar su corriente para poder sentirnos mejor, ya que, la sensación de dolor depende solamente de lo que haga la persona en tal situación.
Estamos condenados a ver correr el río, a sentir la corriente del viento, a ver como la lluvia moja el suelo sin poder evitarlo. 
Estamos condenados a que haya algunas personas que controlen nuestros bajones y nuestros subidas, estamos condenados, porque en algún lugar, algún ser tuvo la idea, por error o no, de que nosotros mismos no controlemos nada, sino que vivamos bajo la tutela de los demás seres. 
No podemos hacernos merecedores de tal libertad, SENTIR LO QUE QUEREMOS SENTIR, CUANDO QUEREMOS SENTIRLO. Seríamos Dioses en cuerpos humanos. 
La maldición del humano es esta misma, y esta en cada uno de nosotros. Sentir lo que nuestro al rededor quiera, podemos fingir, podemos escondernos, pero nuestra realidad esta determinada por el resto de las cosas.