miércoles, 29 de mayo de 2013

El juicio

Él pasó el umbral de los muertos muy tranquilo, Anubis lo esperaba y esta persona sabía como era el proceso. No se veía miedo en sus ojos, ni en su rostro. El dios estaba un poco desorientado ya que era algo bastante normal de los pasajeros estar inquietos por lo que se aproximaba.
Llegaron ante el tribunal de Osiris, el dios encargado de pesar el corazón, a partir de algunas preguntas y una pesa con una pluma de contra peso.
Osiris no entendía como estaba tan tranquilo un personaje que había generado tanto odio en algunas personas, un personaje que había conseguido que lo matasen con tanta saña. Una persona así no podía tener un corazón liviano.
Fue así, conversando, que desde ese momento para pesar los corazones este Dios no está más solo pesando sino que está con el carpintero, que siempre alguna "ayudita" les da para pasar al paraíso. Ya no se usa mas la pluma sino que se usa algo más liviano aun, el corazón del nazareno.

martes, 14 de mayo de 2013

Alegrar la vida

Siempre está cansado de esperar lo mismo, siempre busca algo distinto que hacer, intenta escapar de esa rutina que según él, te cosifica y te amolda a una sociedad que te prepara para la homogeneidad, encarcelamiento y discriminación. Te encierra dice él.
Quiere algo distinto, algo que le cambie la vida, quiere ver su milagro.
Cada día es un nuevo comienzo.
Se levanta y se predispone con unos mates para arrancar el día. Está solo y esta situación siempre lo perturba no le gusta la soledad. Sale con su mate, quiere cruzarse a alguien que responda a su demanda de compartir algunos, y además, un par de palabras con él.
Se encuentra con un conocido, Alberto. Tiene 50 años, alto, robusto, con dedos como chorizos. Esos que de tan grandes que son, la cabeza parece pequeña. Este conocido atiende su pedido, comparte una charla entre mate y mate con él.
Comenta acerca del trabajo, hay muchas complicaciones de dinero hoy en día, pero afrontando las cosas como siempre. "El presente no se puede cambiar, somos todos egoístas no compartimos nada con nadie", sentencia Alberto. Al terminar el termo, se retira por donde vino. Ya contento de haber podido cumplir sus deseos. 
Suele tomar los pensamientos de todos y analizarlos, las ideas son para ser prestadas y compartidas piensa él.
Sigue con su vida sin nada nuevo, trabajo y estudio son la prioridad de la sociedad, antes de poder pensar en la vida y reflexionar, siempre le gusta jugar con la idea de poder cambiar algo. 
Al acostarse toma un vaso de jugo y cae rendido en la cama. 
Se levanta como todos los días, va al baño, pone a calentar el agua y demás cosas rutinarias. Todo esto lo hace con tal somnolencia que no sabe si sigue durmiendo o no. Hasta que su cerebro se activa de a poco para responder de nuevo a la cotidianidad.
Cuando comienza a preparar el mate, como suele hacerlo, ve que su mano izquierda presenta algún tipo de transformación, su mano no es su mano, es mucho más grande en escala al resto de su cuerpo, se pregunta si se la habrá golpeado con algo. La verdad es que no, tampoco le duele como para presentar algún tipo de queja. Parecería que no fuera la de él, pero puede moverla cuando su cerebro lo indica. 
Continúa con su vida sin molestarse demasiado. Si no le duele, ya se le pasara. 
Camina hacía la plaza a sentarse y a disfrutar del excelente día antes de ir a trabajar. Le gusta disfrutar de todo  y apreciar la naturaleza. 
Una amiga, por casualidad, venía caminando y compartieron una conversación muy amena. Ella, de baja estatura, de rulos rubios y ojos celestes. En medio de esta charla sale a su encuentro otro amigo, de esos que son para siempre y que sabes que podrás contar con ellos eternamente. Este amigo rubio con un particular lunar en la cara y de labios grandes, mediana estatura, se predispone a unirseles. Comparten unos mates, cada uno con sus pensamientos sobre la vida. Mientras Lucía era mas conservadora, estaba cansada de trabajar para que otros la tengan más fácil, Diego contraponía que si tan fácil le parecía, que sea ella quien viva con los planes trabajar a ver cuánto duraba. El cebador se mantiene al margen siempre de estos pensamientos, aunque le gusta escuchar, le parece que todos son iguales y no proponen un cambio de esta realidad donde algunos mueren de hambre y otros tiran comida. 
Va a trabajar sonriendo porque disfruta de lo fácil que la gente pierde la cordura siendo fanáticos en cosas de política, ninguno es crítico y objetivo, todos defienden ciegamente lo suyo sin tratar de avanzar, eso piensa él por lo menos.
Vuelve a la casa después de un lindo día, pero cansado, se va sin cenar a la cama directo. 
Al levantarse se siente aturdido, más cansado que de costumbre. Se mira la mano y esta sigue tan grande, tan peluda como ayer. Se dirige al baño para lavarse la cara y nota que tiene las piernas mucho mas cortas y flacas que siempre, las mira las toca y nota que ya no son lo que eran antes, tal vez debería ir al gimnasio para ejercitarlas. Llega al baño, se lava la cara y al mirarse en el espejo entiende ya todo. Sus dedos como chorizos, sus piernas cortas y ese lunar tan característico. 
Ya nada era de él pero todo era suyo. Ya ni su cuerpo le pertenecía, sino que tenia todo. Y en el teléfono sus amigos llamándolo para comunicarle que su pelo se había ido a la casa de Diego y sus piernas a la casa de Lucía. Así es, que desde ese día, se levanta con la aventura de compartir un mate para jugar, qué parte se prestara con quién.
Por fin consiguió alegrar su vida.