Las piedras caen, una tras otra, caen sin destino pero se deslizan. Una sola no podría hacer nada, pero no es una caprichosa roca que desciende. Gran cantidad, tantas que se transforman en un alud.
Golpean contra el estomago, en realidad ya no se siente donde pegan. Ella lo mira sin ver, él atónito piensa cuál debería ser su próximo movimiento. La dificultad de no saber como actuar, el miedo lo hace preso. Nunca sintió tanta felicidad y tanto miedo a la vez. No logra, no puede leerla, no sabe como llamar su atención. La muchacha simplemente tiene el poder de lograr mostrarle indiferencia con cada palabra escrita del joven. Maldice a esa raya vertical que titila, ese maldito "En línea", esa última conexión, sin conectar con él. Pero no solo maldice a la histeria tecnológica, también se la agarra con la lingüística, Saussure y eso que te rebota en la cabeza, maldita palabra: "Está bien", pero sin saber qué, todo atrás de su palabra, ese maldito significante. Se toma a insultos mentales con él mismo, no sabe como hacerle sentir lo que le pasa. El muchacho es pura acción, no sabe decir lo que siente, no sabe ponerle nombre a eso que le mueve las entrañas.
No sabe como decirle que no pretende liberar a Cuba, hacer una revolución, que no quiere transformarse en ningún Che de su corazón, al contrario, en algún lugar perdió su firmeza y ahora solo se conforma. ¿Con qué sería lo mínimo que pretende él? lo pide.
Ella lo mira, abre la boca, le dice una palabras de resistencia, le debate sus palabras, pero como el joven es hechos, no palabras, no termina de importarle, su problema es que esa imagen no está, no se hace presente.
El muchacho se siente preso del mandato sociocultural aunque luche contra ello, "no llores que es de maricón" racionalmente pregunta cuál es el mal de llorar, o de ser sensible o maricón, no hay ningún problema en ello, pero de todas formas no puede llorar, no le salen las lagrimas, lo condena la frialdad de sus palabras, sin llanto pero con el interior quebrado.
En la soledad entra a redes sociales, ve lo que quiere pero en otras caras y otros nombres. Las malditas cámaras, estúpidos celulares, boomerangs crueles que le muestran lo que no puede tener, aunque llore y patalee.
Los rectángulos redondeados de su persiana dejan pasar la poca luz, afuera se escucha el caer de las gotas, ese poquito de frío que se cuela por su ventana mal cerrada, el gris que se vislumbra, la televisión que ilumina tenue el perfil de la cara de ella, duerme apacible mientras él la besa despacito hasta hacerle cosquillas con su barba, le saca una sonrisa no hay mal humor en su despertar.
Imagina ese gif, en forma de loop constante un día donde no deba pedir permisos al tiempo para que no corra, el celular sin batería y sin importancia, ese día que las agujas se cansen de caminar, pero sus labios no se cansen de besar.
El muchacho le pide que mire ese gif y le diga que no lo quiere, que él esperaría que sucediese o no, ya no importa, quiere que se haga realidad ese maldito suceder de fotogramas corto, pero no con cualquier protagonista, es ella quien debe estar. Gran problema el cansarse de pelearlo, se siente luchar contra Mayweather. El espectáculo no llama mucho la atención, ya perdió antes de subir al cuadrilátero.
Solo espera que ese maldito gif deje de entrar a su cabeza, para entrar a su realidad.
sábado, 9 de septiembre de 2017
lunes, 24 de julio de 2017
¿Comunicación Social? ¿qué es eso, se come?
-¿Qué estudias vos?
-Yo estudio Comunicación Social.
-¿Y qué hacés con eso? es una boludez.
¿Por qué estudio Comunicación Social? me lo he preguntado más de una vez en estos años de estudios universitarios. Ahora a seis materias y un final de terminar la cursada me lo cuestiono alguna que otra vez. Será que uno intenta pensar que no le dedicó tanto tiempo a algo innecesario, inútil.
Entonces suceden hechos pintados de amarillo, vestidos del más crudo de los patitos de hule.
Nos conviene, les conviene, pensar que es una idiotez, que a nadie le interesa. Para evitar la problemática de hacernos cargo, que ese pibito de 11 años es culpa de todos. Es todavía mucho mejor para nuestras conciencias creernos lo que aparece en nuestras pantallas, sin crítica alguna mas que a alguna persona del poder Estatal, mientras nos dedicamos a poner unos papelitos en las urnas cada dos años, creyendo que con eso cumplimos.
Y así nos relatan, el cuentito apocalíptico de nuestra nación diezmada por unos cuantos políticos, que roban y arremeten con todo, llenando sus arcas de oro. Pero detrás de todo se esconde el peor de nuestros enemigos, aquel que no podemos ni siquiera señalar, ni siquiera aparece en las boletas cada dos años pero sigue presente desde la dictadura hasta nuestros días.
¿Por qué estudiar Comunicación? no sé, no tengo claro en que momento me contaron que era otra la historia, tal vez soy hijo, sobrino, primo segundo o algo por el estilo de la ley de medios y ese famoso conflicto. Comencé la facultad en pleno auge del debate por ella y comenzar a ver quién era el que movía los hilos detrás de todo ¿movía? mueve.
Con el mismo descaro que nos pone una cámara delante de un "Polaquito" con el mensaje implícito o explícito de odio hacia la pobreza, afectada a esa inexorable perdición, nos apabulla con el cataclismo que se viene si no votamos lo que le conviene.
Eduardo Galeano, periodista y escritor uruguayo escribe en Patas arriba: "Día tras día, se niega a los niños el derecho de ser niños. Los hechos, que se burlan de ese derecho, imparten sus enseñanzas en la vida cotidiana. El mundo trata a los niños ricos como si fueran dinero, para que se acostumbren a actuar como el dinero actúa. El mundo trata a los niños pobres como si fueran basura, para que se conviertan en basura. Y a los del medio, a los niños que no son ricos ni pobres, los tiene atados a la pata del televisor, para que desde muy temprano acepten, como destino, la vida prisionera. Mucha magia y mucha suerte tienen los niños que consiguen ser niños".
Escribo esto a riesgo de ser etiquetado (como nos gusta hacer), de zurdito, idealista, naif, estúpido y otras conveniencias al gusto de cada uno, tal vez, solo utilizado como placebo para lo que intenté esbozar líneas arriba, no hacernos cargo.
Reiteradas veces en la carrera me dijeron "si querés ser periodista tus ingresos no van a ser muy altos" seguido de un "se supone que vas a contar lo que a los poderosos no les conviene, claramente no vas a tener muchos inversores en esos medios". Es que claramente el periodismo independiente no es rentable, en cambio del Periodismo Independiente que da muchos mejores dividendos, ya que controla la mayoría de los medios masivos, señales televisivas, internet, radio, telefonía, con todas sus publicidades. Por eso, desconfío de todo aquel que se interese solo en contarme un lado de la historia, sin critica y otras voces.
Mi abuelo me dijo una vez: "Los medios no mienten, solo te informan con hechos de la realidad".
Tal vez, él fue ese niño del medio que lo ataron a la pata del televisor, por eso, estudio Comunicación Social, para cortar sogas, cadenas, ataduras. Tal vez así, en alguna pequeña parte contribuiremos a que haya menos niños sintiéndose basura o dinero y más niños con magia, simplemente siendo niños.
¿Por qué estudio Comunicación Social? me lo he preguntado más de una vez en estos años de estudios universitarios. Ahora a seis materias y un final de terminar la cursada me lo cuestiono alguna que otra vez. Será que uno intenta pensar que no le dedicó tanto tiempo a algo innecesario, inútil.
Entonces suceden hechos pintados de amarillo, vestidos del más crudo de los patitos de hule.
Nos conviene, les conviene, pensar que es una idiotez, que a nadie le interesa. Para evitar la problemática de hacernos cargo, que ese pibito de 11 años es culpa de todos. Es todavía mucho mejor para nuestras conciencias creernos lo que aparece en nuestras pantallas, sin crítica alguna mas que a alguna persona del poder Estatal, mientras nos dedicamos a poner unos papelitos en las urnas cada dos años, creyendo que con eso cumplimos.
Y así nos relatan, el cuentito apocalíptico de nuestra nación diezmada por unos cuantos políticos, que roban y arremeten con todo, llenando sus arcas de oro. Pero detrás de todo se esconde el peor de nuestros enemigos, aquel que no podemos ni siquiera señalar, ni siquiera aparece en las boletas cada dos años pero sigue presente desde la dictadura hasta nuestros días.
¿Por qué estudiar Comunicación? no sé, no tengo claro en que momento me contaron que era otra la historia, tal vez soy hijo, sobrino, primo segundo o algo por el estilo de la ley de medios y ese famoso conflicto. Comencé la facultad en pleno auge del debate por ella y comenzar a ver quién era el que movía los hilos detrás de todo ¿movía? mueve.
Con el mismo descaro que nos pone una cámara delante de un "Polaquito" con el mensaje implícito o explícito de odio hacia la pobreza, afectada a esa inexorable perdición, nos apabulla con el cataclismo que se viene si no votamos lo que le conviene.
Eduardo Galeano, periodista y escritor uruguayo escribe en Patas arriba: "Día tras día, se niega a los niños el derecho de ser niños. Los hechos, que se burlan de ese derecho, imparten sus enseñanzas en la vida cotidiana. El mundo trata a los niños ricos como si fueran dinero, para que se acostumbren a actuar como el dinero actúa. El mundo trata a los niños pobres como si fueran basura, para que se conviertan en basura. Y a los del medio, a los niños que no son ricos ni pobres, los tiene atados a la pata del televisor, para que desde muy temprano acepten, como destino, la vida prisionera. Mucha magia y mucha suerte tienen los niños que consiguen ser niños".
Escribo esto a riesgo de ser etiquetado (como nos gusta hacer), de zurdito, idealista, naif, estúpido y otras conveniencias al gusto de cada uno, tal vez, solo utilizado como placebo para lo que intenté esbozar líneas arriba, no hacernos cargo.
Reiteradas veces en la carrera me dijeron "si querés ser periodista tus ingresos no van a ser muy altos" seguido de un "se supone que vas a contar lo que a los poderosos no les conviene, claramente no vas a tener muchos inversores en esos medios". Es que claramente el periodismo independiente no es rentable, en cambio del Periodismo Independiente que da muchos mejores dividendos, ya que controla la mayoría de los medios masivos, señales televisivas, internet, radio, telefonía, con todas sus publicidades. Por eso, desconfío de todo aquel que se interese solo en contarme un lado de la historia, sin critica y otras voces.
Mi abuelo me dijo una vez: "Los medios no mienten, solo te informan con hechos de la realidad".
Tal vez, él fue ese niño del medio que lo ataron a la pata del televisor, por eso, estudio Comunicación Social, para cortar sogas, cadenas, ataduras. Tal vez así, en alguna pequeña parte contribuiremos a que haya menos niños sintiéndose basura o dinero y más niños con magia, simplemente siendo niños.
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