miércoles, 9 de junio de 2010

Enseñamos a teñir

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Vivimos en un mundo donde enseñamos a complicarnos, enseñamos a desear cosas que no tenemos, enseñamos complejizar las cosas, cuando no podemos entender que la vida es simple y la armamos nosotros.
¿Qué puede conmovernos más, hacernos poner la piel de gallina, hacernos reír y llorar, Qué puede conseguir todo esto más que la música?
¿Qué puede divertirte más que reírte con otra persona?
Pero nosotros insistimos en tener cosas materiales innecesarias. Hasta a los mismos chicos pequeños queremos complicar, o ¿Nadie se dio cuenta que un chico juega hasta con un pedazo de cartón? Pero nosotros insistimos en comprar juguetes costosos, armados, como si eso los hiciera felices, enseñándoles que lo material es importante.
Es más le enseñamos que tienen que superarse uno al otro, que tienen que tratar de ser uno más que el otro. Que el que más plata gane y el que más se cague en los demás va a llegar más lejos, va a ser mejor.
Es triste imaginar que enseñamos tan pocos valores a los jóvenes, todo esto pensando que ellos son el futuro. Pero insistimos en que la sociedad meta ideas egoístas en la cabeza de los chicos, en el alma de los chicos. Es como si quisiéramos pintar de negro una hoja en donde están escritas palabras en gris. Digo esto porque no tengo dudas de que a estos jóvenes le llegaran enseñanzas de solidaridad, fe, entrega, entre otras, pero estas se ven teñidas de negro cuando en el paso a la práctica hacemos que esa inversamente proporcional línea del bien y del mal con respecto a la edad sea cada vez más chica. Cuando atropellamos los sueños, cuando callamos voces, cuando hacemos sentir a los otros que por tener menos años te da menos capacidad para hablar. Ahí estamos ennegreciendo las hojas de estos chicos que tienen la energía y la capacidad de cambiar el mundo. Es una lastima que busquemos transportar a los inocentes las culpas del pasado, es una lastima cuando ya grabamos su futuro con desesperanza, es una lastima cuando hacemos que en su espalda haya un peso tan pesado que cueste moverse. Hacemos que se asusten, hacemos que no quieran crecer, hacemos que su confianza se pierda y los hacemos llegar a niveles de subestimación nunca antes vistos.
Nosotros somos la causa de la bulimia, anorexia, vigorexia, el egoísmo, la falta del compromiso social, nosotros somos los que aumentamos el peso las maquinas de ejercicio de nuestro futuro, somos nosotros y solo nosotros los culpables de que los jóvenes pierdan la esperanza en el cambio y un mundo mejor.
Pero siempre hay algunos distintos que se animan a dar la nota, a ir en  contra de lo que les dicen que se tiene que hacer, esos algunos son la luz que le queda a tanta oscuridad, son el papel plastificado que no se dejan ser teñidos de negro. Estos jóvenes pueden ser más de algunos si podemos cambiar lo que enseñamos, estos jóvenes pueden ser todos si hacemos el click que es necesario en la sociedad para enseñar con el ejemplo y no solo hablar, Estos jóvenes pueden ser la esperanza pero también deben tener alguna ayuda nuestra para redimir nuestros jirones.

lunes, 7 de junio de 2010

El miedo a lo fácil

El amor, el amor es algo tan abstracto que se presenta de tantas formas distintas, cada persona tiene esa forma tan particular de demostrarlo que me hace pensar que no tiene limite alguno. Esta es la idea dar un oxigeno espiritual por decirlo de alguna forma, no dejar a los otros sentir ese ahogo y darles de sentir ese aire esa felicidad que te hace decir “soy feliz, por momentos se va la alegría por cosas malas de la vida pero en general soy feliz” y que uno mismo sea la causa de esa respuesta es uno de los mejores sentimientos que puedan existir.
Y ese sentimiento, el otro amar, el que algunos dicen el de verdad, el que te hace de verdad no saber que decir, porque uno de los razonamientos que pude sacar a lo largo de la vida es que es tan fácil decir te odio y tan difícil decir te amo cuando claramente tendría que ser al revés, tener vergüenza de decir odio, de odiar a alguien, de sentir eso por una persona, y ser tan fácil decir te amo, tan orgulloso de sentirlo, pero siempre esta el miedo a que ese sentimiento se termine porque el otro no supo valorarlo. Pero a eso voy, que lindo cuando llega ese tipo de oxigeno, que hermoso que es ver por primera vez a lo que va a ser el amor de tu vida, y que lindo que debe ser alegrarse de verla cada vez. Ese sentimiento que cualquiera puede sentir, que no todos quieren porque significa la total dependencia de alguien, significa entregarse, significa confiar sin miedos, significa decir “hey sos lo mas importante que pude conocer y no quiero que me faltes porque una parte de mi se va a morir con tu partida” significa que esa persona te tocó, pero no físicamente, sino que te tocó el alma y llegó hasta tal punto donde cada acto que esta persona puede hacer significa más felicidad para vos. Y ese sentimiento si que no lo cambio por nada en mi vida, y vale totalmente si así tocara sufrir por este amor porque la felicidad que te proporcionó y la lección de vida que te dio es mucho más valiosa que nunca haber estado con esa persona. Si de verdad llego a ese punto que estoy diciendo entonces esta persona cambio tu vida para siempre y quedara por siempre en algún rincón de tus recuerdos, en algún ángulo de tu corazón por más que lo niegues.

miércoles, 2 de junio de 2010

El siglo del minuto

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Pienso cosas que me van ocurriendo, que consigo ver, tratando de alejarme de mi vida viéndola de afuera.
Muchas veces pensamos que nuestra propia vida no tiene acción, es tediosa, aburrida, sin sentido, encerrada en la rutina.
Si supiéramos que la rutina podemos cambiarla con cada paso, ¿la vida tomaría otro color o no? Es interesante pensar que en el camino al colegio, al trabajo, a la facultad, a cualquier lugar que entre en los parámetros de la rutina, si un día vamos por un lugar y otro día por otro cambia la vida para siempre, tal vez nos encontramos con alguien tal vez no, tal vez en el otro camino nos robaban, teníamos algún accidente y salvamos nuestra vida solamente por ser espontáneos, por no entrar en la rutina, por no ver la vida como una rutina, cada acción interfiere en la vida como la conocemos, haciendo único cada minuto. ¿Si logramos pensar esto la vida ya no es tan rutinaria no? La idea no es que perseguirse pensando que hubiera pasado si tomáramos la otra decisión, sino que hoy estoy donde estoy por mí, porque yo lo elegí, porque si la vida es rutinaria es porque nosotros queremos que así sea, porque si logramos algo es porque nosotros lo conseguimos, y si perdemos algo también es nuestra culpa. Otra idea que sale de esto es no arrepentirse de nada, la vida sigue y si hubiéramos elegido otra cosa no aprenderíamos la lección del error.
Eso es lo mejor de ser adolescente, ser impulsivo y todo es importante, todo lo que después en el mundo adulto no importa nosotros lo vemos como un factor clave en la vida. Lo que tenemos que creer nosotros es que debemos agradecer el error de pequeños, agradecer que aprendiéramos la lección a poca edad para tener muchos años para vivir, para enseñarla.