Hay pocos momentos en la vida que uno recuerda como si
fueran fotos grabadas en la mente. Algunos dicen que los más significativos de
nuestra vida. Menos son los momentos que uno sabe que va a recordar toda su
vida de esta forma, tesoros dentro de nuestro cerebro encriptado.
No puedo recordar el día exacto, pero me enamoré
irremediablemente, como diría Cortazar, el amor te atraviesa como un rayo, no
se elige.
Recuerdo estar en la Belgrano Media, no puedo tener en mi
mente con quién de toda mi familia, seguramente con mi tío, pero tal vez
hubiera algunos más ese día.
Eran pocos los partidos que habías jugado con la celeste y
blanca, si no me equivoco era Paraguay el rival. Esos detalles no son
importantes para el momento que quedó marcado en mi cabeza.
Ya rondaba el segundo tiempo, cuando pasó, no sé exactamente
el resultado pero se ganaba y tranquilo. Teníamos la pelota atrás de mitad de
cancha, el tres de ese momento hace un cambio de lado, bueno pero con mucha
parábola. Entonces fue que sucedió, la pelota alta casi al lado de la luna, vos estaba dándome la espalda, así que no pude
verte la cara, pero sabía quién eras. Entonces pasó, ese rayo que te cala hasta
los huesos. Bajaste la pelota como si te la hubiesen pasado desde pocos metros,
la acompañaste con el pecho y te jugueteó por el cuerpo. Fuimos 2, 3, 10, 100, los
que aplaudieron, después, se sumó el Monumental entero, sólo con pararla de
pecho. Desde entonces, me enamoré de esa forma de jugar, divirtiéndote, como dijo Galeano en alguna ocasión, porque vos te divertís cuando jugás.
Años pasaron de aquella vez, pero como aquel día, cada
oportunidad que tenés en tus pies la pelota, me enamoro, yo te digo
"divertite Lío que me haces soñar", a veces pienso que me escuchas a
través del aparato.
Pero, tal vez, como leí en algún lado, te equivocaste,
porque amaste tanto o más a la Argentina (que no te dio nada y sólo te pidió)
que yo y muchos más. Porque estoy seguro que tenés pesadillas con esos partidos
que no te salieron las cosas. Estoy totalmente convencido que tenés hambre de
gloria con la celeste y blanca.
Aquellos que te critican por los resultados del Barcelona y la diferencia con los argentinos no te ven jugar nunca en tu liga, tal vez piensan que jugás
solamente cuando sale en las noticias que aparecen tus jugadas una vez cada quince
días. Tal vez, no vieron el partido contra el Bayern que te iluminaste en esa
jugada hermosa que dejaste tirado a uno de los mejores defensores del mundo y
se la picaste a Neuer, que vos jugás así, te marcan todo el tiempo y cuando te
dejan un espacio aprovechás.
Por esas cosas de la vida, capaz, la gente no piensa que el
día anterior cinco defensores están pensando que al siguiente tienen que jugar
contra vos y lloran.
Cuando te pones la camiseta Argentina me ilusionás, me haces
pensar que podemos ser campeones, aunque no lleguemos, y por eso te doy
gracias, eternas gracias.
Mi viejo pudo ver a Diego, yo no pude, videos me quedan de
lo grande que fue. Entonces apareces vos, pude soñar, divertirme, aplaudir
hasta que me duelan las manos, que se me corte la respiración cuando la tenés
de frente a un defensor y sé que alguna locura vas a hacer, que lo vas a pasar
y te voy a decir: "Que lindo verte jugar".
Yo te pido que no te vayas de la selección, por dos o tres
mediocres que no entienden de fútbol, porque no creo que seamos el pueblo más
"futbolero", como escuché en algunos medios, creo que somos el pueblo
que más habla sin saber y sin pensar.
Perdonalos, el que te critica no solamente no sabe de fútbol, sino que no entiende que tanto (o más quizás) vos como nosotros querés llenar
de gloria este país.
Por favor no dejes la selección, porque sería como esa novia
de la que estás muy enamorado y te abandona sin haberse despedido. Dejame seguir enamorado de tu fútbol, de tus travesuras, de tu pasear con la pelota por los rincones de la cancha, de la ilusión de saber que algo más es posible, que todavía no está todo visto, que por más que quieran los defensores no pueden pararte porque sos un re-inventor de este deporte. Quiero
llorarte cuando vea que tus piernas no funcionan más, pero dentro de muchos
años. Quiero verte en el Mundial 2018 y soñar de nuevo. No te vayas, porque no sé
cómo curar el desamor de fútbol, solo sé curar el de una novia, que es mucho
más fácil.
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