miércoles, 8 de julio de 2015

Por favor no te vayas

Hay pocos momentos en la vida que uno recuerda como si fueran fotos grabadas en la mente. Algunos dicen que los más significativos de nuestra vida. Menos son los momentos que uno sabe que va a recordar toda su vida de esta forma,  tesoros dentro de nuestro cerebro encriptado.
No puedo recordar el día exacto, pero me enamoré irremediablemente, como diría Cortazar, el amor te atraviesa como un rayo, no se elige.
Recuerdo estar en la Belgrano Media, no puedo tener en mi mente con quién de toda mi familia, seguramente con mi tío, pero tal vez hubiera algunos más ese día.
Eran pocos los partidos que habías jugado con la celeste y blanca, si no me equivoco era Paraguay el rival. Esos detalles no son importantes para el momento que quedó marcado en mi cabeza.
Ya rondaba el segundo tiempo, cuando pasó, no sé exactamente el resultado pero se ganaba y tranquilo. Teníamos la pelota atrás de mitad de cancha, el tres de ese momento hace un cambio de lado, bueno pero con mucha parábola. Entonces fue que sucedió, la pelota alta casi al lado de la luna,  vos estaba dándome la espalda, así que no pude verte la cara, pero sabía quién eras. Entonces pasó, ese rayo que te cala hasta los huesos. Bajaste la pelota como si te la hubiesen pasado desde pocos metros, la acompañaste con el pecho y te jugueteó por el cuerpo. Fuimos 2, 3, 10, 100, los que aplaudieron, después, se sumó el Monumental entero, sólo con pararla de pecho. Desde entonces, me enamoré de esa forma de jugar, divirtiéndote, como dijo Galeano en alguna ocasión, porque vos te divertís cuando jugás.
Años pasaron de aquella vez, pero como aquel día, cada oportunidad que tenés en tus pies la pelota, me enamoro, yo te digo "divertite Lío que me haces soñar", a veces pienso que me escuchas a través del aparato.
Pero, tal vez, como leí en algún lado, te equivocaste, porque amaste tanto o más a la Argentina (que no te dio nada y sólo te pidió) que yo y muchos más. Porque estoy seguro que tenés pesadillas con esos partidos que no te salieron las cosas. Estoy totalmente convencido que tenés hambre de gloria con la celeste y blanca.
Aquellos que te critican por los resultados del Barcelona y la diferencia con los argentinos no te ven jugar nunca en tu liga, tal vez piensan que jugás solamente cuando sale en las noticias que aparecen tus jugadas una vez cada quince días. Tal vez, no vieron el partido contra el Bayern que te iluminaste en esa jugada hermosa que dejaste tirado a uno de los mejores defensores del mundo y se la picaste a Neuer, que vos jugás así, te marcan todo el tiempo y cuando te dejan un espacio aprovechás.
Por esas cosas de la vida, capaz, la gente no piensa que el día anterior cinco defensores están pensando que al siguiente tienen que jugar contra vos y lloran.
Cuando te pones la camiseta Argentina me ilusionás, me haces pensar que podemos ser campeones, aunque no lleguemos, y por eso te doy gracias, eternas gracias.
Mi viejo pudo ver a Diego, yo no pude, videos me quedan de lo grande que fue. Entonces apareces vos, pude soñar, divertirme, aplaudir hasta que me duelan las manos, que se me corte la respiración cuando la tenés de frente a un defensor y sé que alguna locura vas a hacer, que lo vas a pasar y te voy a decir: "Que lindo verte jugar".
Yo te pido que no te vayas de la selección, por dos o tres mediocres que no entienden de fútbol, porque no creo que seamos el pueblo más "futbolero", como escuché en algunos medios, creo que somos el pueblo que más habla sin saber y sin pensar.
Perdonalos, el que te critica no solamente no sabe de fútbol, sino que no entiende que tanto (o más quizás) vos como nosotros querés llenar de gloria este país.

Por favor no dejes la selección, porque sería como esa novia de la que estás muy enamorado y te abandona sin haberse despedido. Dejame seguir enamorado de tu fútbol, de tus travesuras, de tu pasear con la pelota por los rincones de la cancha, de la ilusión de saber que algo más es posible, que todavía no está todo visto, que por más que quieran los defensores no pueden pararte porque sos un re-inventor de este deporte. Quiero llorarte cuando vea que tus piernas no funcionan más, pero dentro de muchos años. Quiero verte en el Mundial 2018 y soñar de nuevo. No te vayas, porque no sé cómo curar el desamor de fútbol, solo sé curar el de una novia, que es mucho más fácil.  

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