lunes, 15 de octubre de 2018

Maldita sea la mano bien apretada

La botella que cortas para armar el viajero, el balde donde descargas los fluidos alcohólicos de una noche de borrachera, la durabilidad de una historia de Instagram, el mensaje eliminado de WhatsApp, en la cultura del descarte, somos eso que se tira. Maldita costumbre la de soltar y yo sin aprender a abrir la mano.
Ese insomnio que no se cansa, el miedo de tenerte en los sueños para perderte otra vez en el nuevo día. Ya no se aguanta más que no estés en cada despertador de la mañana, por eso no duermo y pierdo la cordura ¿Cómo apagar el sentir? ¿dónde quedarías vos si yo cerrará el corazón ahora?
¿Tendré que dedicarte algo para olvidarte o será que ya no podés aguantar las ganas de hablarme?
Tantas voces de aliento y solo quiero escuchar una que me diga todo lo que soy ¿por qué será que para ser, se necesita de alguien que solo estuvo un rato? 
A veces siento que sos la voz de mi viejo, esa que siempre me decía lo que faltaba en la cancha, aunque todos digan el buen partido, el buen jugador o las ganas que ponía, si me decía que algo me faltaba, no cumplía las expectativas de logro. Vos sos eso, sos mi viejo que volvió en forma de fichas, la que necesito escuchar pero no me define. 
Te llevaste, o tal vez te lo di, no sé bien que pasó, eso que todos dicen es de lo mejor que tengo, mi sonrisa y las ganas de hacer reír. Ni siquiera supiste darte cuenta, ese pedazo de papel higiénico que te quedó en la zapatilla cuando salías del baño. Sos ese raspón que dolió pero en la ducha arde más. 
Como explicar algo que no se explica, que todos se morían de envidia de como te miraba y lo sabían, ahora podés buscar quien lo haga como yo o mejor. 
Ojalá haya un tacho verde de sentimientos donde podamos reciclar lo que pasó para volver a mirar a alguien así, pero no es tan fácil como el cambio de caras del snapchat. 
Acá sigo, se me pinchó la rueda y no tengo parche ni inflador, no tengo aire para soplar, solo queda ver como seguís pasito a pasito yéndote. Esperando que el camino sea un circulo y no una recta de llegada, que algún día suene el timbre y escuché tu voz preguntando si podés pasar. 
Maldita sea la mano bien apretada, el hilo rojo enredado o lo que sea que no permite dejarte ir, soy ese actor de reparto que está en el medio de la historia de amor, el que desaparece y nadie recuerda, ese Tom enamorado de esa Summer que entiende todo después. 
La yerba de un mate lavado, los restos que tiras al compos, esa mancha molesta de pasta de dientes, esa mierda de tu zapato que limpias con la ramita, descartable, desechable, reemplazable, mi terror más profundo hecho realidad, ese que te conté en más de una vez, el juego del miedo con el payasito y todo, la lamparita quemada, la comida vencida, la birra que te olvidaste en el freezer y se congeló. Y sí, ya sé que ya sabemos que se siente tener todo roto por dentro, solo que a veces necesitamos una segunda oportunidad para no sentirnos basura en el CEAMSE, mal oliente y mal herido. 


miércoles, 3 de octubre de 2018

Decanto de ideas

Ahí arrancó la debacle, al pibe le empezó a caer la ficha, descubrió lo asombroso que es cuando pasa,  esa idea cae y te lleva por delante como un tren bala. Se vació y quedó descartable, una botella de plástico, pero con el antifaz corrido.
Sordo de consejos, esclavo de sus palabras. Él descubrió que, quien quiere puede, que el amar es libertad y cuidado, no se puede planificar,  si se programa es forzado, si se fuerza se rompe, si se quiebra, quien quiere lo arregla... hasta los corazones.
Aceptó finalmente que quien te ama cuando brillas vale, pero quien te ama en tu desastre es para siempre, que hay silencios que valen más que mil palabras y ausencias que explican más que muchas imágenes. Que quien te quiere en la tormenta se moja con vos, no busca otro techo,  quien se va en el primer viento fuerte era porque tenia la casa del primer chanchito, se dio cuenta que era el tercero.
Que vale más un "¿Cómo te fue hoy?" cada día, a unas horas de sexo en la semana o en el mes.
Que no es lo mismo amarSE, amarTE, amarNOS, que la comodidad de quedarse en el molde, en el "a ver que pasa". Que un acto de amor inesperado y espontáneo es más real que mil citas románticas. Que el tiempo regalado vale más que el dinero en la billetera, pero que gastar su tiempo de trabajo en el otro desinteresadamente vale doble, que el tiempo del otro no se ruega ni se pide.
Que un perdón se gana pero también debe haber predisposición, que un corazón hay que sanarlo con amor y sin lastimar el otro, que la cabeza, la gilada y el puterío juegan otro partido y si hay amor nada importa, si se le da cabida al resto y "al que dirán" tal vez no haya sentimiento que aguante. Que el amor es hacer esas cosas inconscientes que harían que los demás te digan pelotudo.
Cuando terminó de entender, sintió bronca e impotencia, después sintió la paz de dejarlo todo aunque no haya servido, una paz irrelevante pero sin reproches. No había nada por cuestionarse, ni palabras que hayan faltado decir, todo había sido real, sin chamuyo, le hubiese dado todo con solo aceptarlo, pero a veces uno da todo y no gana. Una derrota digna, solo sirve para que la próxima victoria valga un poco más.