La vida escondida entre las nubes, el sol jugando a ser mortal, cae en sueños y pesadillas de aquellos que eligieron creer en el amor.
La sonrisa de un chico de la calle a una viejita que pasea temprano en la mañana, mientras los primeros rayos le mojan su cara.
El ruido del barrendero juntando las hojas de un otoño parecido al anterior.
Las ruedas de aquella bicicleta que supo resistir al tiempo, al oxido y las lluvias.
El caminar de ella entre tantos, su mirada perdida en un horizonte sin destino, infinito como el tiempo.
El viento cómplice de los árboles para su nueva estética y la incapacidad del humano de frenar ante el consumismo efímero y eterno.
Una pareja que se anima a preguntarse si se puede ser feliz, la respuesta de unos ancianos que cumplieron con "hasta que la muerte los separe". La perseverancia de aquel que le lleva flores a ese lugar especial donde duerme su amada.
Él mira el techo, su mente viaja a otros espacios y planetas al hacer esto...
Recuerda ese primer momento que la vio, cuando le explotó el pecho sin aviso, ella hizo alguna mención de conocerlo. 372 días corrían desde aquel instante que todo dejó de tener sentido, miró su rostro dormido en su cama y su cuerpo desnudo tapado por las sabanas que escondían la perdición de encontrarse. El alma se reconoce con apenas estar cerca, un vidrio los separaba en aquel instante y nada los separaría ahora.
El miedo le arranca al joven las ganas de besarla hasta dormirse, la abraza cuando duerme no porque a ella le guste sino para sentirla más agarrado a él que nunca. Terror le produce pensar en su partida en algún momento, tampoco puede decirle aquello. Después de un año sigue sintiendo que las agujas corren al lado de ella y todo tiempo es corto. Seducido entre la adicción a sus besos y el amor incondicional, se sabe cobarde porque nunca le confiesa su verdad. Es ella a quien ha llevado a los lugares más íntimos de él, le ha mostrado cada mundo roto de su universo y lo ha vuelto a reconstruir con sus ojos. Él se lo negará a cualquier persona que camine antes de reconocer que ha perdido toda voluntad y proyecto que no sea junto a ella, sueña con su cuerpo cuando no está e intenta compartir algo más que el alma.
La valentía de abrir los ojos cada día, la sonrisa de unos chicos que terminaron de jugar al fútbol mientras comparten lo que beben. Un niño deja el asiento en el tren a una señora con bastón. Un empresario entiende lo que es la ambición, en vez de querer más regala lo que no necesita, renuncia y persigue su sueño. Dos hombres se animan a declarar su amor a la sociedad. La casualidad sonríe junto con aquellos que no se animaron a quererse en su momento y hoy se encuentran.
La vida rodeada de problemas le da muchas más razones para sonreír si lo mira con sus ojos.
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