martes, 19 de noviembre de 2013

Negar la realidad

Querer negar una realidad es sólo para que más tarde, esta realidad te pegue en la cara como cuando caes de una bicicleta.
Quisieron negar que eran más que cualquiera, quisieron negar su grandeza ocultándola. No vaya a ser que ante tanto poder real, el resto celoso quiera romper con aquello único que se estaba dando lugar entre dos almas perdidas de algún rinconcito de la tierra.
Es para pensar por qué en ese tiempo y ese lugar surgió aquello, por qué les tocó nacer en un mismo tiempo y hablar el mismo idioma. No quisieron hacer caso a lo que pedían sus almas, no se dieron cuenta que estas siempre tienen la razón y por eso la realidad les chocó en la cara.
Ella le dijo no tener chances, ella le dijo que no podía ganar su corazón porque nadie lo había hecho. Él no buscaba enamorarla fue un hecho del destino que eso pase, y que luego quisiese enamorarla. Cuando se descubrió que al corazón ya se lo habían robado. Cuando quiso sacarlo entendió que ya no lo tenía, y cuando vio en que momento, fue en esa mirada.
Negaron la realidad de haberse perdido para encontrarse, negaron que tuvieron que tocar los infiernos para vivir en el cielo, todo eso negaron para disfrutarse hoy sin recelos ni fronteras.
Se entendieron capaces de robarse besos a escondidas, capaces de hacer eternos los abrazos que compensaban curitas al alma.
Cuando menos lo pensaban se dieron cuenta que ya no se pertenecían a sí mismos sino que el uno al otro. Cuando se dieron cuenta el destino y sus almas ya se habían golpeado con la realidad de otra vida.
Ocurrió que se hicieron grandes juntos, ocurrió que ella ya no sería la misma después de él. Ocurrió que lo que él siempre estaba seguro ya no lo estaba y el destino se burló una vez más.
Ocurrió que fueron más que dos, porque fueron uno, y de esos unos tan potentes que quemarían al sol todo en dos metros cuadrados, se creaba una galaxia nueva que ellos no conocían, ni siquiera sabían lo que hacían. Mientras más lo negaban, más el destino les daba en la cara para decirles que cuando dos almas se eligen no hay cordura que sirva para evitar que salgan adelante esas caricias que son miradas.

jueves, 14 de noviembre de 2013

Las gárgolas y los soñadores

Nos encontramos ante la desolación de ser únicos.
Apostando a algo que muchos les dicen imposible, creerles era el camino fácil, amoldarse a las estructuras era lo sencillo y poco problemático.
Abrir la cabeza, descubrir el secreto tiene de complicado que no se puede quedar callado.
No pudimos callarnos.
Mientras las gárgolas anuncian la calamidad del tiempo, la oscuridad y los alineamientos de perder todo tipo de ideal. Mientras aquellas criaturas profetizan incoherentes el caos que trae el formarse tras las filas del sistema tan bien armado. Mientras estos monstruos buscan justificar sus acciones con apelativos al pasado similar al nuestro.
Las gárgolas buscan limpiar culpas de haber dejado de soñar por las noches porque se sintieron obligados a abandonar la utopía. Dicen haber tenido que adaptarse por obligación, dicen haber tenido nuestros sueños pero que después no pudieron dormir más.
Hoy nos encontramos denunciando y anunciando la posibilidad de paz, depende sólo de aquellos que quieran practicarla. No es "no puedo" hacer la paz, es no quiero. No es "no puedo" terminar con el hambre, es no quiero terminar con el hambre. Así los estúpidos soñadores seguimos soñando una canción todavía no cantada pero sí que está armándose.
Somos pocos y somos muchos. Las gárgolas tal vez sean muchas más. No se puede esconder un secreto si este nos lleva al paraíso.
Las gárgolas ya no duermen de noche por eso no sueñan, por eso celosas les hablan a los personajes aún humanos para que se rindan, porque demostrar la posibilidad de la esperanza de ese sueño real sería un golpe bajo a su autoestima, se hicieron gárgolas por no creer su sueño, porque se olvidaron en algún punto del camino, que creer es crear. Nosotros creamos nuestro sueño, que es, seguir soñando que soñamos todos juntos creyendo el mismo sueño.

jueves, 7 de noviembre de 2013

Desencajando lo encajado

¿Ser la molestia? ¿ser esa piedra en tu zapato? ¿estar afuera o estar adentro? ¿qué será más efectivo?
Voy por tus venas, me adentro más en vos, tu espalda y ese dolor que no te mata pero no te deja mover. 
La tinta se acaba, la plata se termina, la comida sacia pero se transforma, y ahí ya no hay vuelta atrás. 
Nadie puede comer mierda y nadie puede cagar si no hay nada en su estomago. 
El universo lleno de estrellas y vacío, no entiende por qué si la tierra da oxigeno y nosotros dióxido de carbono que le sirve, por qué si las abejas polinizan las flores y ellas se alimentan así, por qué si todo encaja tan bien, el hombre inventa un sistema para desencajar algo tan perfecto como la naturaleza lo hizo. 

martes, 5 de noviembre de 2013

Los colores

¿Acaso las personas buscan otra cosa que no sea la felicidad y la paz? ¿acaso es tan difícil pensar en conseguirlo? ¿es una zanahoria que va delante nuestro y no podemos llegar?
Fabián estaba parado en una de las lunas de su planeta. Estaba mirando sus posesiones. En una mano, así a su alcance, tenía el color rojo, su mano derecha solo debía ser estirada para poder tomar este color y sentir todas las sensaciones de este, sentir sus sabores y olores, sentir su poder.
Al alcance de su mano izquierda tenía el color celeste, lo tenía en ese lugar tan cercano.
Los dos colores estaban ahí, estáticos, estaban contemplándolo como si los colores lo esperaran a él.
Todos buscaban tener los colores, todos en el planeta querían sentirlos, probarlos aunque sea unos minutos. Nadie sabe si Fabián no los ve o no quiere agarrarlos. Tal vez todos tenemos colores en nuestras manos pero preferimos ver que los demás pueden llegar.
Fabián parado en la luna miraba a los demás y se sentía solo.
Miraba a los demás y no sabía si se sentía o si estaba.

lunes, 4 de noviembre de 2013

Se fundieron

Y la miró, sin pestañar analizo su cara. Su contorno, su mirada. Vio cada parte de sus facciones tal vez porque no quería olvidar mas el rostro de quien mintió.
Se encontró sin poder hablar, sin poder emitir una silaba siquiera. Se encontró desarmado ante una balacera de realidad de la cual no pudo protegerse.
Sintió que su cuerpo perdía el sentido del tacto, que ya no podría sentir nada.
Se sintió atropellado por una manada de palabras que lo pasaron por encima como si el no fuera nada.
Descubrió que su cuerpo ya no estaba en su lugar. Se preguntó una y otra vez que había hecho mal, porque en su cara existía esa facilidad para ocultarle la verdad, se preguntó una y otra vez porque no lo descubría en el momento.
Toda su vida deseó poder leer las mentes de la gente, tal vez así, nadie se animaría a mentirle nunca más.
Prefirió mil veces una verdad que sea difícil de afrontar a una mentira que fuera descubierta por otros medios.
Toda su vida jugó a que podía saber lo que los demás pensaban e iban a hacer pero nunca pudo ver.
Se sintió ciego, se sintió sordo, se sintió gritar pero no generó ni un ruido.
Solo la miró, no podría hablar porque tenía miedo de sus palabras en ese momento.
Palabras ¿qué son las palabras? las palabras son la diferencia entre una verdad y una mentira, es la parte que nos toca, elegir nuestra parte de realidad, contarla.
Volvió a mirarla y entendió que no podía decir nada, entendió por primera vez en mucho tiempo que algo era más fuerte que todo lo demás. Solo con verla lo descubrió en su silencio, en las lagrimas de ella, en el toque de su mano sobre su pierna pidiendo una chance más, sabiendo que desde el momento en el que entró todo estaba perdonado.
Se supo merecedor de insultos y de ternuras. Su ángel le decía que sienta que era lo correcto, su demonio solo insultaba lo idiota que era y que así nunca iba a cambiar la situación.
Luego la miró otra vez y se besaron, el trataba no sentir, el trató con todas sus fuerzas dejar ese corazón como una piedra pero el calor de su beso derretía cualquier objeto.
Cuando pensó que todo estaba perdido se encontró. El ser humano necesita la posibilidad de perderlo todo para poder encontrarlo. Y así fue cuando estuvo a punto de quedar en banca rota de sentimientos ese beso, ese abrazo le quemó el cuerpo, les quemó su amor y se fundieron. Él ya no era él, ella tampoco era ella.