lunes, 26 de noviembre de 2018

Cerrar la puerta

La mirada dice más que las palabras, el corazón se mueve más que el cuerpo. Una acción deja todo en seco para no volver al mismo lugar.
Es imposible para él determinar cuando sucedió todo, son esas cosas que se es consciente cuando ya se está en el pozo.
De repente aparece ese rayo de sol que ilumina la casa, por alguna razón determinada eso enciende su corazón y lo hace sonreír. Un pasado jugando a ser inmortal se inmola en la decadencia del presente, las hojas de un otoño triste se refundan en ese árbol colorido del final de primavera, parece que las estaciones hicieran juego con su estado de ánimo. Por momentos esa lluvia veraniega que arrasa con su seguridad, en otras ocasiones el sol que alegra corazones y pinta sonrisas.
Las dudas a paso firme, la vuelta al solo sentir sin escatimar en reparos al receptor. La razón deja de ser el otro, basta de análisis siniestros con la mente denostada de valor, ahora se piensa con el corazón, sentipensante como decía Eduardo. Uno no controla al bobo y bien lo saben los que supieron sentir ¿el corazón es más sabio o más iluso?
Sabe que la mejor salida para tanto dolor es perdonar, soltar, innecesario el abastecerse de esa energía que solo sirve para que la sangre se ponga mala como decía su abuela.
La sangre hierve y la decepción no se puede ocultar, es esa yerbita que se pasa por la bombilla y quiere escupir al instante de percibirla, esa nata en la leche que no llegó a sacar del fuego antes y se te pega en la boca.
Entiende que no debe amargarse por lo que no puede controlar, hizo lo posible pero no fue igual el sentir.
La escena tan fuerte de ese Tom tan él y esa Summer tan ella, "sentí por él, lo que no me pasó con vos, todo lo que decías del amor". Supo que no había culpas, ni responsabilidades, el corazón es así, con otra lógica.
"Te voy a decir algunas cosas pibe, pensá para no repetir cosas que lastimaron a los demás, no morir en la tuya como cabeza dura, saber pedir perdón y desaparecer cuando sea necesario" le dijo mientras compartían un mate, "pedir perdón o perdonar es siempre el mejor camino, no para volver a vincularte, eso puede o no suceder, pero para seguir adelante, cada uno hace lo que puede con lo que siente, eso no puede juzgarse" siempre escuchaba las palabras de su papá cuando se ponía con ese aire nostálgico y tragicómico, mirando al horizonte, como si no le hablara solo a su hijo sino también a él mismo, a su yo del pasado.
El muchacho entendió que en los finales de cuento es al revés de los inicios de otros, el que se enamora primero gana y el último que apague la luz y cierre la puerta.

lunes, 15 de octubre de 2018

Maldita sea la mano bien apretada

La botella que cortas para armar el viajero, el balde donde descargas los fluidos alcohólicos de una noche de borrachera, la durabilidad de una historia de Instagram, el mensaje eliminado de WhatsApp, en la cultura del descarte, somos eso que se tira. Maldita costumbre la de soltar y yo sin aprender a abrir la mano.
Ese insomnio que no se cansa, el miedo de tenerte en los sueños para perderte otra vez en el nuevo día. Ya no se aguanta más que no estés en cada despertador de la mañana, por eso no duermo y pierdo la cordura ¿Cómo apagar el sentir? ¿dónde quedarías vos si yo cerrará el corazón ahora?
¿Tendré que dedicarte algo para olvidarte o será que ya no podés aguantar las ganas de hablarme?
Tantas voces de aliento y solo quiero escuchar una que me diga todo lo que soy ¿por qué será que para ser, se necesita de alguien que solo estuvo un rato? 
A veces siento que sos la voz de mi viejo, esa que siempre me decía lo que faltaba en la cancha, aunque todos digan el buen partido, el buen jugador o las ganas que ponía, si me decía que algo me faltaba, no cumplía las expectativas de logro. Vos sos eso, sos mi viejo que volvió en forma de fichas, la que necesito escuchar pero no me define. 
Te llevaste, o tal vez te lo di, no sé bien que pasó, eso que todos dicen es de lo mejor que tengo, mi sonrisa y las ganas de hacer reír. Ni siquiera supiste darte cuenta, ese pedazo de papel higiénico que te quedó en la zapatilla cuando salías del baño. Sos ese raspón que dolió pero en la ducha arde más. 
Como explicar algo que no se explica, que todos se morían de envidia de como te miraba y lo sabían, ahora podés buscar quien lo haga como yo o mejor. 
Ojalá haya un tacho verde de sentimientos donde podamos reciclar lo que pasó para volver a mirar a alguien así, pero no es tan fácil como el cambio de caras del snapchat. 
Acá sigo, se me pinchó la rueda y no tengo parche ni inflador, no tengo aire para soplar, solo queda ver como seguís pasito a pasito yéndote. Esperando que el camino sea un circulo y no una recta de llegada, que algún día suene el timbre y escuché tu voz preguntando si podés pasar. 
Maldita sea la mano bien apretada, el hilo rojo enredado o lo que sea que no permite dejarte ir, soy ese actor de reparto que está en el medio de la historia de amor, el que desaparece y nadie recuerda, ese Tom enamorado de esa Summer que entiende todo después. 
La yerba de un mate lavado, los restos que tiras al compos, esa mancha molesta de pasta de dientes, esa mierda de tu zapato que limpias con la ramita, descartable, desechable, reemplazable, mi terror más profundo hecho realidad, ese que te conté en más de una vez, el juego del miedo con el payasito y todo, la lamparita quemada, la comida vencida, la birra que te olvidaste en el freezer y se congeló. Y sí, ya sé que ya sabemos que se siente tener todo roto por dentro, solo que a veces necesitamos una segunda oportunidad para no sentirnos basura en el CEAMSE, mal oliente y mal herido. 


miércoles, 3 de octubre de 2018

Decanto de ideas

Ahí arrancó la debacle, al pibe le empezó a caer la ficha, descubrió lo asombroso que es cuando pasa,  esa idea cae y te lleva por delante como un tren bala. Se vació y quedó descartable, una botella de plástico, pero con el antifaz corrido.
Sordo de consejos, esclavo de sus palabras. Él descubrió que, quien quiere puede, que el amar es libertad y cuidado, no se puede planificar,  si se programa es forzado, si se fuerza se rompe, si se quiebra, quien quiere lo arregla... hasta los corazones.
Aceptó finalmente que quien te ama cuando brillas vale, pero quien te ama en tu desastre es para siempre, que hay silencios que valen más que mil palabras y ausencias que explican más que muchas imágenes. Que quien te quiere en la tormenta se moja con vos, no busca otro techo,  quien se va en el primer viento fuerte era porque tenia la casa del primer chanchito, se dio cuenta que era el tercero.
Que vale más un "¿Cómo te fue hoy?" cada día, a unas horas de sexo en la semana o en el mes.
Que no es lo mismo amarSE, amarTE, amarNOS, que la comodidad de quedarse en el molde, en el "a ver que pasa". Que un acto de amor inesperado y espontáneo es más real que mil citas románticas. Que el tiempo regalado vale más que el dinero en la billetera, pero que gastar su tiempo de trabajo en el otro desinteresadamente vale doble, que el tiempo del otro no se ruega ni se pide.
Que un perdón se gana pero también debe haber predisposición, que un corazón hay que sanarlo con amor y sin lastimar el otro, que la cabeza, la gilada y el puterío juegan otro partido y si hay amor nada importa, si se le da cabida al resto y "al que dirán" tal vez no haya sentimiento que aguante. Que el amor es hacer esas cosas inconscientes que harían que los demás te digan pelotudo.
Cuando terminó de entender, sintió bronca e impotencia, después sintió la paz de dejarlo todo aunque no haya servido, una paz irrelevante pero sin reproches. No había nada por cuestionarse, ni palabras que hayan faltado decir, todo había sido real, sin chamuyo, le hubiese dado todo con solo aceptarlo, pero a veces uno da todo y no gana. Una derrota digna, solo sirve para que la próxima victoria valga un poco más.

martes, 11 de septiembre de 2018

Acostados

Estaban acostados, ella teniendo su sueño, sus cuerpos cuadraban como dos piezas fabricadas en el mismo lugar, él no podía dormir apreciaba su cara perfecta, acariciaba su espalda con la yema de sus dedos y la veía en ese viaje onírico con algunos saltos. No quería cerrar los ojos, tenía miedo de despertar, que todo sea un sueño, que se le escape de nuevo como agua entre los dedos.
Mientras ella tan perfecta, dormida con una paz increíble, despertaba en él, sensaciones no encontradas en su diccionario anteriormente.
¿Cómo había logrado incrustarse tanto en su alma? Nunca se había sentido tan desarmado, tan expuesto a ser lastimado, tan cerca de la sinrazón.
¿A dónde caerían los restos de él si nada de esto funcionase? Con solo pensarlo la abrazaba un poco más aunque ella no se diera cuenta, no tendría nunca ni la más mínima idea de lo que él era capaz de hacer por su amor, cosas que nunca hubiese imaginado, la alegría de despertarla a besos y la felicidad de tomar su mano cuando caminan, nunca experimentó tal fascinación en esos detalles.
Una pequeña escena, despertaba en un segundo, todo lo que quería esconder para no asustarla.
No estaba dispuesto a probar si ella lo extrañaba cuando se iba, solo dar lo que tenía, no creía agotarse, solo agradecer cada minuto, así pudo vivir con más calma, siendo agradecido, sin estratagemas, ni planes, soñando un futuro de la mano, pero viviendo al día como si no llegase a fin de mes con las cuentas.
Aprendió a agradecer cada oportunidad y a extrañar esos ataques de amor que le agarraban a ella de vez en cuando, vivía entre la nostalgia y el placer de tenerla de otra forma. El amor transforma, a él, a ellos, en otra cosa pero confiaba que siempre en algo mejor. Crecer, cambiar, no perder eso que es tan raro de conseguir.
Con el aparato mediático de la facilidad, en el confort de abandonar, en el auge del narcisismo extremo, ellos entendieron que las cosas no se dan por perdidas, se curan, se arreglan, se trabajan y se construyen. En la moda de soltar, ellos cometieron la locura de agarrarse más fuerte a pesar de las tormentas.

sábado, 1 de septiembre de 2018

Pequeñas líneas sin propiedad

Las cuentas no le cerraban, nunca había sentido algo como aquello. La casa fría a temperatura dolor de corazón. La cuenta seguía sin cerrar, los títulos de propiedad estaban perdidos, ya no le pertenecía ni el corazón, ni los sueños, ni pensamientos. 
En su ausencia la casa tenía un frío polar, en la cama necesitaba estar vestido para calentar el cuerpo, pero cuando ella llegaba con su sonrisa, con sus besos, con su piel, calentaba el hogar, la cama y el corazón. En el mayor de los inviernos, aún en la más cruda de las olas polares, ellos dos con solo abrazarse, no necesitaban abrigo. 
Ella lo hacía reír como nadie, aprendió todo de la muchacha, como sentir, como pensar, como actuar. Le enseñó que el corazón es de quien lo haga sonreír con solo mirar, eso le sucedía con ella. Todo de él le pertenecía, las cuentas no le daban pero tampoco le preocupaba. 
Entendió que amar se trata de dar sin esperar recibir, se ama y ya, se siente y no se cuestiona, tan sencillo como ser o estar. Dar amor es darse entero, sino no tiene sentido hacerlo. 
Desde hace tiempo hacen sonreirse los corazones, lejos de todo plan, se calientan aquel con solo mirarse. 

miércoles, 29 de agosto de 2018

Pruebas

Ella, divina poderosa, envía una nube sobre aquel muchacho. Por momentos hace brillar un sol que calienta cualquier frialdad, otros solo descarga una lluvia casi imperceptible pero que con el correr del tiempo moja y enfría el corazón del chico.
No daba cuenta que era peor, si soportar la tormenta o aquella lluvia indiferente. Su corazón seguía ardiendo como el primer día pero no sabía como expresarlo porque la diosa por momentos le devolvía aquel calor, y eso, le alcanzaba para arder por días aún con aquella lluvia fría e indiferente.
El muchacho que había prometido quedarse en el camino soportando cualquier tormenta, que esperaba que al terminar el temporal, la diosa viera que seguía ahí y pudiesen volver a enamorarse, hoy sentía como ella iba apagando su fuego a pesar de la negación de él a extinguirse.
Ya no lo veía, no lo escuchaba, no lo sentía, no le daba valor a sus rezos, el muchacho solo tenía dos opciones, retirarse del camino o quedarse en su lugar esperando que aquella divinidad elija, sienta, piense que existen para estar juntos, él creyendo en ella.
Él espera cada fecha que puede para demostrar la intensidad de su fuego, pero cómo no apagarse en la frialdad de la indiferencia, donde cada ausencia es una eternidad, el tiempo desmedido por la subjetividad de cada cuerpo. Las Diosas no tienen tiempo, los mortales sí.
Será una prueba más que deberá pasar el chico, como ese Hércules que tuvo que demostrar su lugar en el Olimpo, deberá evidenciar el muchacho que merece un lugar al lado de su amada o se rendirá a la vasta calamidad de los mortales, de la normalidad, de no volver a amar como lo hizo, de caer a los escombros de él mismo. Eso sí, sabe que de no apagarse será esa llama olímpica inextinguible digna de ser correspondida por la Divinidad.

martes, 28 de agosto de 2018

Días y días

Podrían retratar toda su vida en imágenes tan fuertes como su sentimiento, el recuerdo que hoy es vivo como la sangre que corre por sus cuerpos, como si fuese una, esa que flota cuando se cruzan sus miradas.
Ella camina hacia él, sonríe a medias y aquel explota de amor con solo saludarla, la espera mientras camina por la calle, no puede dejar de mirarla, simplemente por más que quisiera no esta en las posibilidades dejar de hacerlo, paso a paso recuerda cada momento con ella.

Entra pidiendo permiso, ella sigue los pasos de él hasta la cocina donde pone agua a calentar para tomar unos mates prometidos de ante mano. Le sudan las manos y no puede parar de pensar todo lo que debería decir y no salen palabras. Ella se sienta en el sillón y juega con una pelota que tiene en el regazo, él solo atina a mirarla y tener algunas palabras en chiste, solo puede salir de esos momentos haciéndola reír, ella lo calla con un beso que cambia todo lo que sintió alguna vez por alguien. 

Recuerda la música sonando muy fuerte, muchas personas al rededor que desconocían su amor, ese sigilo que necesitan dos corazones que se quieren despacio, bailan, juegan, sonríen, se esconden, se besan. Se aman con locura pero ninguno tendrá el valor de decirlo. 

Toma su mano para saludarla, por momentos le da abrazos, le gusta sentir el gusto de sus besos, tiene ese calor en los labios que logra hacer sentir el cariño, el alma se le sale por la boca cada vez que se besan.

Ambos en su pequeño metro cuadrado de cama, mirandose como solían hacerlo, se besan sin pausas, se quieren sin freno, él le pregunta si le cree, ella piensa que dice querer, entonces dice que sí lo quiere, todo es gracioso cuando hay cariño, se ríen, besan, aman.

La película constante pasando por su cabeza, ella logra ser tan inolvidable como un cielo perfectamente estrellado, logra arraigarse al corazón y de esos lugares no es fácil borrar a las personas. No soporta la idea de que ese lugar de copilota lo ocupe otra persona, que haya quien tome su pelo mientras maneja y se acueste contra su hombro ¿quién más podría ser tan indispensable?

Busca la mejor señal de wifi, hace la cuenta de las horas y le pregunta si puede hablar, ella aparece en la pantalla con su sonrisa, le gustaría meterse dentro de la computadora para besarla, sentir su piel, es lo que más extraña de Argentina, se lo dice pero las palabras no alcanzan. Decide cambiar su vuelo solo para volver a sentir su sonrisa en vivo y directo. Ella corre hasta él, la abraza y levanta en sus brazos, jamás sintió tal felicidad de volver a ver a alguien. 

Ella toma su mano mientras maneja, cruzan kilómetros y más para estar juntos, andando, viajan, ríen juegan, cada segundo descubren que no se aburren juntos, que el tiempo es distinto al lado del otro, suman y no restan, lloran pero se consuelan, no hay paz que se compare, la playa, el mar y ellos siempre ellos dándose la mano.

Pasó el tiempo y se sintieron alejarse, hoy rompería cada muro que existe, cada problema que hizo, cada momento que no dijo por frío, por miedoso, por cerrado.
Se desarmó para poder amarse y amarla. Sacó cada pedazo de armadura que le quedaba para exponerse, porque prefirió darlo todo antes de perderlo. Así aprendió que tuvo que pasar por días cambiantes, algunos la encontraba y otros eran de duelo. Pero con solo un día de encuentro alcanzaba para afrontar los otros, hasta que pudiesen juntar sus almas nuevamente, llenar esos recuerdos de otros recuerdos mejores, entendió que con amor alcanza, pero con amor en serio, que para ganar el juego del amor hay que darlo todo y entregarse todo sino no valía la pena jugarlo.


domingo, 19 de agosto de 2018

Constante

¿Y cómo hacer cuando todo, hasta el más mínimo e insignificante detalle te hace acordar a ella?
Cuando ya ni podes hacer unas tostadas, que en tu mente se reproducen las imágenes de aquella última vez u otras veces que se quedó a dormir y se levantaron a desayunar. 
Ese café, esos mates, todo se transforma en "ese" que ya no está, que queda flotando en el universo irreversible del pasado, que no es más un presente y con suerte se transforme en un futuro. 
Con la posibilidad de que todo vuelva a empezar, o comience algo nuevo, con la fe de que el amor no puede ser en vano. 
Pero ¿cómo hacer para decirle al corazón que deje de sentir? Es imposible que no se rompa en mil tamboreos cuando ella manda un mensaje, me habla, me mira.  
El cerebro escucha consejos constantes que no tienen importancia, porque el que decide en estas cosas no es él. 
El tiempo relajado, descubriéndose  de nuevo, desvistiendo el alma para no romperse, con cuidado. 
Las tormentas atraviesan mentes y corazones, no hay razón para asustarse, el amor es paciente, debe serlo para que sea verdadero. Besar cada una de las heridas para curarlas con cariño, el dolor se cura con tiempo y amor, el segundero es constante, lo difícil es encontrar un amor igual, una vez que se encuentra, no puede darse el lujo de abandonarlo. Pero como quien debe encontrarse con uno mismo, también se debe encontrar con el otro, con sus tiempos, con sus locuras, aceptarlas es un gran paso, amarlas es otro, perdonarse y perdonar, días grises para días de sol. La constancia y paciencia, dos patas de un amor sano. 
Ahí está ese corazón saltando cuando ella sonríe, se tira sobre mí, canta, juega, hace voces, le cambia la letra a las canciones, no se da cuenta que alborota todas las células del cuerpo, es totalmente inconsciente de lo que causa, así es ella, llega para quedarse, o se va para llegar, no importa, solo interesa que haya estado.  

sábado, 18 de agosto de 2018

La gravedad y la luz

Todas las cosas en el piso, parece que todo cayera al irreductible mundo de la gravedad, la ropa, los papeles, libros, controles, el autoestima, el orgullo, todo cae a la altura del mar.
Series sin sentido, pasando capitulo a capitulo para distraer a los ojos, que solo quieren ver tu figura asomarse por la puerta, con esa sonrisa tan poderosa.
El alma tiritando de frío, hielo que no pudo derretir a tiempo para que pueda quedarse, si solo hubiese calentado su corazón a tiempo, tal vez no estaría al borde de la hipotermia.
La oscuridad que se apodera de todo, nota como las sombras dejan de serlo, siendo atrapadas al nefasto mundo del anonimato, ya que sin luz, no hay sombras, solo una gran masa de espacio negro.
Cómo levantar una tonelada de sentimientos que se hacen más pesados con cada segundo, tiempo maligno que no vuelve, no retrocede, no avanza. Loop constante de pensamientos negativos y una montaña rusa de emociones.
Entre tanta oscuridad, todo en el suelo, el muchacho casi no se mueve, como si fuese una estatua imperceptible, con lentitud mueve un dedo, una mano pero no puede notarse, trata de no ser percatado por la oscuridad, no vaya a ser que descubra la acción.
Por dentro él no para de pensar, de sentir, solo quiere moverse, abrazar, sonreír, brillar como solía hacerlo o más.
Nada se termina hasta que se termina, así deba moverse a la velocidad de un caracol, avanzará hasta que todo este perdido.
Tal vez, pueda vencer a la gravedad y volver a flotar, que nada se le escape de las manos, pueda volver a ese cuadrilátero que lo hacía ver el mundo despejado, entraba a esa figura delimitada por lineas y lograba olvidarse de todo, despejarse de toda la oscuridad. De alguna manera, puede vencer a la oscuridad sonriendo con su luz propia que apagó al perder todo, quizás así ella regrese a iluminar juntos la habitación para que todo vuelva a tener sentido, vuelvan las sombras por la luz que se irradia y la gravedad se deja vencer por la fortuna que tienen ellos de haberse encontrado, de amarse y de ser felices, ella es eso que te hace flotar hasta un nuevo mundo. Si vuelve a brillar, puede que ella se anime a hacerlo con él o puede que no, pero es increíble como todo se ilumina cuando la muchacha está, lo mira, sonríe, le dice te amo, es impensado como una palabra, un abrazo, una sonrisa pueden darle tanta paz, pero solo puede soñarlo por ahora, hasta que el universo conspire para que vuelvan a estar juntos.

martes, 14 de agosto de 2018

Amar en forma de clichés

Rodrigo la miro de nuevo, en esta oportunidad no la miraba como otra veces, la miraba desde una pantalla, veia esa sonrisa con esos holluelos en los cachetes, veia esos ojos achinarse, esa nariz parada que le hacia tener la cara más tierna que él había visto.
¿Cómo hacer para amar en tiempos donde se ven tantas películas, series y amor en redes sociales? ¿Cómo hacer para no querer que su vida fuese una de esas historias?
¿Cómo hacer para olvidar en tiempos de internet?
En sus sueños ella volvía corriendo un día de lluvia, con el pelo mojado, el rostro con gotas que no se sabía si eran lagrimas o las de tormenta, ella se para frente a él, no dice nada, no hace falta hacerlo y solo lo toma por la nuca como solía hacer y lo besa.
Se despierta perturbado por no poder hacer realidad sus sueños, entonces la hace literatura y escribe sobre ella, sobre todo lo que siente y planea contar.
La extraña, haría mil cosas diferentes y dos mil iguales, la cuenta le da superávit, es consciente porqué razón planea quedarse. Si acaso fue la ausencia de ella lo que lo hizo cambiar todo su mundo, o es que nunca estuvo tan cerca de los infiernos.
No sabe de que forma, pero cada escena que mira de amor sea ficticia o real, él puede sentirla a ella acercándose, no sabe como pero la siente, como si estuviese en ese mismo instante ahí, como si apareciese por arte de magia en el medio de toda esta abrumadora realidad.
Quiere no sentir, no sabe, no está acostumbrado a vivir con el sentimiento de amar tanto y no tener, siente que lo más justo sería que el amor fuese como un espejo en el que no pueden amar distinto o en menor cantidad, los dos con la misma intensidad, buscando lo mismo, queriendo lo mismo. Pero no, el amor no es así y eso es lo que más le gusta de ese sentimiento también, que puede ser ilógico, que puede ser una locura, que pude hacerte desear no haber nacido.
Ese escribiendo y puntos suspensivos que le hacen latir el corazón, en busca de esa próxima respuesta que puede enviarlo a lo más profundo del océano o a los más alto de las montañas.
Deja las fotos, las canciones, videos y planes porque confía que no puede morir todo, es cuestión de tiempo para que sus huellas vuelvan a caminar juntas en la arena, solo ella puede reemplazar tanta oscuridad por luz. No le tiene miedo a brillar si ella se pone al lado y lo hace con él.
Sueña con ese final feliz que es por lo que existen las películas y series de amor, solo puede hacerle latir el corazón la esperanza de vivirlo, su interior ya late al ritmo del de ella, solo hace falta que la muchacha se dé cuenta lo difícil que es provocar esas historias, lo extraño que puede ser provocarle tanto amor a alguien, lo magnifico que es tener todo ese sentimiento en una persona.
Rodrigo se pregunta en qué momento perdió el completo control sobre él mismo, para entregárselo a ella, nadie podría provocar en él las ganas de vivir esos films, libros y series, nadie más podría hacer brillar su oscuridad con tanta claridad. 

viernes, 10 de agosto de 2018

Si las películas fueran de verdad

No estaba dispuesto a perderla, en realidad, no sabía, si era un tema de predisposición o de poder. Es que Ariel no podía parar de soñar con ella. Entonces ahí se encontraba la dubitativa, ¿tenía otra opción?
Ariel sabía que nunca había sentido algo así y no cabía en su mente la posibilidad de liberarse de este embrujo, estaba hechizado por algún tipo de magia que no sabia si era negra o blanca pero estaba seguro que no era del ámbito de lo cotidiano.
Era capaz de dar vuelta un mundo por ella, que donde este, en el momento que sea, él iba a estar para ella, así llamase después de años pasando las 3 AM, el respondería ese mensaje e iría a buscarla.
Todavía era su clave en las redes sociales, no podía borrar sus fotos del celular, ni eliminar la conversación, ni bloquearla de ningún lado, seguía esperando terminar juntos esa serie que les quedó por la mitad y hasta se ponía nervioso si pasaba cerca, transpiraba más que en un partido de fútbol, perdía la capacidad del habla.
Pensaba constantemente de qué forma Ariel podría hacerle sentir el amor que le tenía, como añoraba cada uno de sus besos y abrazos, que si fuese posible cambiaría todo por ella.
No sabía como demostrar lo que siente, había perdido esa capacidad o nunca la había tenido del todo, no conocía la forma de llegar a los confines del romanticismo, para él era humillante el rechazo, el quedar mal, en offside, el miedo terrible al ser un desquiciado. Pero estaba dispuesto a todo esta vez, lo que esté al alcance para volver a tener todo de ella, y mirarla a los ojos.
No podía darse por vencido, no esta vez, no se iba a ir, por más que le doliese cada uno de sus actos de indiferencia, de doble ticks azules rebotando contra sus ojos, porque por momentos se dejaba escapar la posibilidad de un retorno, y esa simple luz, esa gota de esperanza alcanzaba para darle aire para seguir ahí presente, demostrando que su amor era verdadero.
Era simplemente inaguantable el deseo de hablarle, era algo en el pecho que no podía arrancar, ese ardor por el tórax, esos pelos de punta en la nuca, maldijo las mil películas que había visto y que descreyó, ahora quería que todas fueran realidad, es que si lo fuesen ya habría contado mil escenas donde ella vuelve y esa escena romántica toma forma en su mente, ese beso y el felices para siempre.
Solo piensa en volver a tener la chance de hacerla reír, hasta que tenga ganas de besarlo, porque sabe que es la risa, uno de los lenguajes de este sentimiento y uno siempre vuelve a los lugares donde fue feliz.
Ariel seguirá ahí, o se irá, pero su sentimiento no puede irse, es que sabe que eso no se decide, nadie puede elegir a quien amar u odiar, es así y listo, uno queda como condenado o salvado a amar, y eso estaba dispuesto a hacer, amar hasta que ya no quede ni una gota de esperanza. Confía que el tiempo le dará lo que una vez perdió. Que la perseverancia del amor es más que la distancia, y la risa de la persona amada es más eterna que la posibilidad del olvido.

domingo, 5 de agosto de 2018

Saltar

La mirada clavada en el horizonte, caminan ambos separados por la costa, no puede evitar recordar cada paso que lo hizo llegar hasta allí, cada mirada, cada sonrisa, cada abrazo, cada beso, las peleas y las reconciliaciones, habían luchado contra todo. Esto sería una prueba más, o no, ya no dependía de él.
Ella con su caminar pausado, él queriendo ir más rápido que el tiempo, no puede hacer nada para cambiar la realidad, solo puede intentar forjar un futuro mejor.
Sería capaz de derrotar un ejercito por su sonrisa y ella no tiene idea de eso, no habría obstáculo que le rompa el amor que le tiene. Desesperado ve las olas romper contra el acantilado, las piedras no se mueven, firmes contra el mar, piensa que así es su amor, que no le va a permitir romperse, ni largarse. Si tan solo supiera las buenas intenciones que tiene de acompañar su felicidad, sin trabas ni problemas, solo tomarle la mano en este mundo tan duro.
Mientras ella tiene miedos y dudas, él solo presenta certezas de esas que solo el amor puro puede dar, sabe el muchacho que irá donde ella vaya, vivirá donde ella viva, morirá donde ella muera y quiere ser enterrado al lado de ella, que nada más la muerte puede separarlo de ella.
Él se para sobre el acantilado, ve solo agua debajo, si pegan el salto caerían en el agua que los atajaría. El muchacho se da vuelta y estira la mano, lleno de amor la mira a los ojos y le propone el salto que solo puede dar si ella toma la suya, es difícil, genera un terror inimaginable pero solo piensa en saltar con ella.
¿Podrá la muchacha tomar su mano, ir contra todo y saltar juntos a la locura del mar?

viernes, 3 de agosto de 2018

El reencuentro

Clara subió al auto con esa sonrisa que no sabe que tiene, ni que provoca, ella sube y muestra los dientes, sin ser consciente que le derrite el alma a Sebastián en solo un segundo.
Han pasado días como años, nunca, ni un segundo él dejo de amarla, desde el momento que se distanciaron, una parte del muchacho se fue con ella, se llevó la que brillaba. Él dejó de comer, no podía dormir y si dormía soñaba que Clara volvía a devolverle la felicidad al corazón.
Sebastián no tenia idea que se podía extrañar tanto una sonrisa, no pudo borrar su conversación, ni sus fotos, por si ella volviese todo siguiera ahí, como ella lo dejó.
Cada rincón de su casa le recordaba a Clara, la habían decorado juntos y moría con cada recuerdo que llagaba a él, atravesando todo como una estrella fugaz pero constante que viene y va.
Solo piensa en todos los besos que no le dio por su frialdad, si pudiera decirle todo lo que siente y que esas palabras significasen algo, pero no funcionan, no alcanzan, no existen las palabras para nombrar lo que lleva dentro del alma.
Si Clara supiera que aquel muchacho adora como sonríe, como se pone de perfil y agacha la cabeza cuando algo le da vergüenza al decirle algo bonito, que le provoca una erupción en el estomago con provocar su risa, aquella, la que tira para atrás su cabeza, abre mucho la boca y deja escapar la carcajada que todo lo rompe, que ama ese punto blanco en el ojo y su caminar como si bailase, que se estremece cuando ella toma su nuca y acaricia su pelo mientras maneja o lo besa. Ella no lo sabe porque Sebastián no habla, solo hace, pero a veces accionar no es decir y uno necesita ambas.
Comienzan a hablar como si no se conociesen pero algo dentro vibra en cada uno, son sus almas que nunca se separaron, ellas no entienden del tiempo y distancia, solo del amor y perder la cordura.
Entonces Sebastián toma el valor que solo el amor puede dar, para que los universos se vuelvan a acomodar, porque la necesita, le cuenta que el amor es la fuerza más grande para cambiar a las personas, que su amor es incondicional, que entendió todo lo que hizo mal y que no va a pasar un día sin que Clara se sienta amada, un día a la vez, pero al final serán todos, los que le demuestre que no hay dudas que no se rompan con el amor, que si siente su alma arder se deje llevar porque ella sabe más que el cerebro.
Él frena el auto, ahí, en cualquier lugar y se voltea a ella, la mira fuerte a los ojos, como si le entregase todo el amor con ellos, ella lo mira y es ahí donde sus almas lo hacen, en ese silencio donde Sebastián acerca a Clara su boca, que poco a poco se deja llevar por esa alma que ya lo ha besado desde que entró al auto, ella vuelve a acariciar su nuca, lo mira a los ojos y le dice te amo, Sebastián siente la felicidad volver a su cuerpo, para demostrarle al mundo que estaba equivocado, que todo puede arreglarse, que ese beso vence dudas, enojos, heridas, que con ese beso puede hacer arder un campo y llenarlo de flores nuevamente, una vez más ellos dos le demuestran al mundo que no son de este planeta ni lógicos siquiera, muestran que las segundas partes pueden ser buenas con amor.

jueves, 26 de julio de 2018

El viejo sabio del sueño

Se desmorona sobre su cama, el cansancio de un día agitado ante el constante consejo de distraerse para no llamar a la tentación de sentirse triste. No para de tener compromisos y reuniones para dejar ir el universo de las ideas para otro momento.
A la noche es distinto, cae rendido contra su almohada y comienza la gran batalla, la tan entrañable e inseparable consciencia en forma de miles de soldados pequeñísimos disparan incansables sobre él, puede sentir aquellas preguntas arremeter, puede sentir a esos personajes comenzar el atraco, este es el momento donde no puede parar de cuestionarse todo lo que hizo o dejó de hacer, cuando por fin se encuentra con lo que siente y piensa.
Ante la arremetida de la consciencia con un batallón de gladiadores, el viejo sabio fue a visitarlo en los sueños.
El muchacho se encontraba ante un túnel extraño donde sólo podía ir en una dirección pero el terreno de este iba cambiando. Había sectores donde estaba todo iluminado, podía ir caminar y mirar el color de las paredes, los dibujos e imágenes que en ellos había, todas mostraban escenas felices, pero luego entraba en lugares de oscuridad pura, el muchacho caminaba a tientas, inseguro, sentía el suelo irregular con posibilidades de caerse, entonces debía ir con mayor cuidado.
Este túnel repetía recorrido siempre en una sola dirección con momentos de brillo, en los cuales se sentía pleno y momentos de oscuridad donde el miedo y la inseguridad de se apoderaban de él.
Al llegar al final del camino el chico ve al viejo sabio sonriendo y lo reconoce.
-¿Cómo estás muchacho?
-No estoy pasando por el mejor momento, estoy lleno de preguntas, reproches, anhelos y deseos que no se cumplen. El haberlo dado todo pero no ser suficiente.
-¿Entiendes por qué hiciste este camino, por qué lo puse en tu sueño?
-No, sé que sentí mucha felicidad en los momentos de luz y mucho miedo en aquellos de oscuridad donde no podía ver.
-Los momentos que estaban iluminados, son aquellos que vos brillas e iluminas el lugar y los momentos de oscuridad, las ocasiones donde te perdiste, no pudiste sacar tu luz interna ¿Podés entenderlo ahora?
-Sí pero no entiendo en que puede ayudarme
-No lo entendiste entonces del todo, el amor es así, es fácil amar cuando la otra persona brilla o amarte cuando estás brillando, lo realmente complicado y, donde el amor juega sus cartas, sucede cuando vos o la otra persona pueden iluminarse en los momentos más oscuros, cuando vos no brillas aquella persona logra ver y sacar tu luz para volver a encandilar juntos. El amor es volver a darse luz cuando todo esta en tinieblas y brillar bien juntitos, uno al lado del otro.   

martes, 24 de julio de 2018

Viajes

La mente del muchacho rebota contra las paredes, crece y comienza a ocupar cada espacio del cuarto. Siente que va a estallar con cada latido de su cuerpo. No sabe si explotar de una vez o seguir aguantando el dolor, ve las puertas posibles para un momento de tantas tribulaciones.
Su cabeza se va llenando de recuerdos que no pueden controlarse, imágenes proyectadas contra su corazón sin pausa.
Maldita memoria que solo atraviesa los momentos que lo hicieron sonreír, esa selección tan arbitraria para no dejarla partir, rebotan, contra todas las paredes y vuelven a aparecer en un loop constante. Por momentos aparecen otras vistas de su vida con ella, no entiende porque no se lucen los momentos malos, en los que pensaba que no era querido, esos momentos de llanto y discusiones que terminaban en abrazos.
El muchacho sabe que debe dejar partir esos recuerdos pero no puede, tiene tantas preguntas que debería pasar horas junto al escritor del destino para poder entender del todo lo que está sucediendo.
¿Dónde se irá el amor cuando no aparece? ¿Se refugiará en los recuerdos?
Rememora esa ausencia que fue tan dolorosa y ese reencuentro después de muchas semanas. No pudo retener su amor y sintió como la dejó ir ¿habrá iniciado ahora ella el viaje? Sabe que no va a volver, pero si volviese...
Mira la puerta no sabe si salir por ella o seguir aguantando como puede cada uno de sus recuerdos, para poder contárselos cuando ella regrese, tal vez así su corazón decida quedarse un tiempo más, tal vez eterno.
Seguramente ella vuelva distinta, con otras memorias que podrán compartir porque lo único importante para él es escucharla de nuevo con ese abrazo que todo lo puede, pero también sabe que hay posibilidades que no regrese, que el viaje de ella sea infinito y solamente le queden los recuerdos, el sonido de su risa, su voz, su mirada y sus besos, bien guardados.
La cabeza del muchacho ya no entra en el cuarto, va a estallar o va a salir, esperar la vuelta del viaje o tomará su valija y comenzará un nuevo camino, por ahora, solo ve proyectar los recuerdos para poder mostrárselos a ella cuando vuelva, no vaya a ser, que esos momentos solo los haya retenido él en su memoria.

sábado, 21 de julio de 2018

El tiempo divino

Fueron presa del tiempo, este y la lógica se hicieron carne, los atrapó.
Las personas viven cambiando, para vivir y aprender, chocar y desmoronarse para volver a armarse y arreglarse.
Tic tac, tic tac el reloj corre y los atrapa, ellos que se creían siempre intocables ante el minutero, capaces de derrotar la creación humana, hoy les muestra los dientes de la realidad.

Recuerda como fue armando una a una la torre de cartas, de a poco, con paciencia fue apilando una sobre otra para poder llegar alto.

El tiempo terricola los atrapó, porque ellos no respondían a ese tiempo, ni a esa lógica, tenían sus planes y su mundo. Pero la vida con los suyos, les tendió el señuelo perfecto les presentó sus cartas y como un viento en forma de ráfaga voló las suyas.

Él dibuja una sonrisa contra la pantalla, porque ve el amor de ella, pasa a buscarla con su auto, siempre que sube le da un abrazo, un chiste y un beso. La mayoría de las veces le dice lo linda que está o lo bella que es. Ella lo mira como si no hubiese nada más en el mundo y se cae en sus brazos derrotada.

La imagen se destroza contra su cerebro, daría lo que fuera por no haber sido alcanzado por la realidad, despierta transpirado y cansado de soñar con ella. La imagen constante de un error que no puedo evitar, como querer frenar en medio de la lluvia y que esas ruedas pierdan la tracción, se estrellen contra lo que hay delante. ¿Cómo parar el cerebro, en qué momento puede ponerle pausa a su corazón cayendo sin parar sobre el piso sin rebote?
Ahora, donde solo estaban ellos dos, estaban todos, hablando, conspirando, entrometiéndose, obstaculizando esa mirada que siempre tuvieron, ese lugar en el que todo estaba bien. Ya no pueden verse, no pueden apagar sus corazones que piden a gritos abrazarse, pero el cerebro atrapado por la lógica de la sociedad los cancela, no pueden verse como antes, pero tampoco pueden verse juntos porque en el medio se escapó la locura que tenían, que nadie más puede entender y nadie lo hará.
La causa es que todos opinan desde la lógica que en las cosas del corazón no entra.

Tic Tac el tiempo camina, no hay vuelta atrás, solo puede ir para adelante, ¿de qué forma podrá hacerlo si siente desvanecerse en medio de la nada?  ¿El tiempo les tendrá un nuevo cuento posible, los encontrará nuevamente en eso tan deseado?
¿Dónde quedaran todas las palabras escritas en el tiempo, a qué lugares puede uno trasladarse para sobrevivir?

Él está seguro de seguir caminando para adelante esperando que pare la tormenta, porque su corazón siempre pudo más que su lógica, porque siempre puso el alma en cada cosa que hizo y se propuso, sabe que cuando todo pase, lo mejor estará por llegar, siempre supo que ella era una tormenta que al despertar arrasaría con todo, nunca pensó que fuese él quien la disparara, pero sin paraguas, está dispuesto a morir en el intento de volver a ese abrazo
¿Tiene opción de otra cosa? ¿En algún lugar está puesto el control de retroceder? El tiempo no permite eso, solo para adelante, y él elige esperar a que pase la tormenta, con todo su amor porque sabe que un error lo puede tener cualquiera, porque descubre que puede cambiar y puede recrearse, ¿no es para eso el tiempo? ¿No será esa su principal función, no dejarte volver para atrás, para poder transformarse en algo distinto e ir mejorando?
Ella desata todo su arsenal, entendible, es una diosa que puede arrasarlo todo con solo mirarte, pero aquel muchacho no entiende de lógicas, inconscientes o lo que quieran explicarle, solo puede ver en su alma como se parte sin la compañía de aquella divinidad y hará hasta lo imposible por resarcir errores, por compartir el tiempo nuevamente, diferente del terrenal, se desprende de todo lo que tenía sabido, de todos los consejos que creía poder dar, de todas las implicancias del cerebro en el amor. Solo estar dispuesto de corazón a morir en el intento de aquella luz que apagó.
¿Tendrán estos dos seres, humano y divino, algo nuevo para demostrarle al mundo? Que con amor y coraje nadie puede escaparle a lo que se siente en el alma. 
¿Tendrán estos dos amantes fuera de la lógica del planeta tierra la posibilidad de decirle al mundo que se puede derrotar todo mal, todo error, toda falencia con amor?
¿Podrá la diosa callar los rezos de todos y verlo a él parado contra toda su furia diciéndole "no me voy a mover porque te amo"?
Él se reconoce mortal, ser humano y en transformación, el haber estado en un cuento entre una diosa y un ser humano pero ¿quién renunciaría tan fácil al cielo?